Miss Bellota Bordados

  

   El Punto Mosca (conocido en inglés como Fly Stitch, y en ocasiones como Y stitch u Open Loop Stitch) es una puntada fundamental en el repertorio del bordado. 

    Su forma característica en “V” o “Y” se consigue al formar un bucle con el hilo, que luego se asegura con una puntada de sujeción justo por debajo de la base del bucle. Esta construcción básica le confiere a la puntada de mosca la capacidad de usarse tanto de manera aislada como en hileras o rellenos, permitiendo obtener efectos que van desde la representación de ramas y hojas hasta bordes decorativos y fondos texturizados 

Antecedentes historicos    

    Históricamente, aunque no existe una fecha exacta de su invención, el punto mosca ha estado presente en múltiples tradiciones de bordado, tanto europeas como asiáticas, desde hace varios siglos. Se solía emplear para adornar prendas y textiles del hogar, especialmente en aplicaciones botánicas (hojas, tallos o pequeñas flores) y en la construcción de bordes de mayor o menor complejidad .En el ámbito del Bordado Crewel o en el Quilting tipo “Crazy Quilting”, el punto mosca se usa para rellenar espacios entre motivos.

FAMILIA PUNTO MOSCA

    El punto cruz es, sin duda, uno de los puntos más emblemáticos del bordado a mano. Con su característico trazo en forma de “X”, ha trascendido siglos, estilos y culturas, convirtiéndose en una técnica fundamental tanto para bordadoras principiantes como para expertas. En esta sección de mi blog, quiero invitarte a conocer la familia del punto cruz, un conjunto de variantes que comparten la estructura básica en forma de cruz, pero con diferencias técnicas y estéticas que enriquecen enormemente nuestras posibilidades creativas.

Un poco de historia: los orígenes del punto cruz

    El punto cruz es una de las formas más antiguas de bordado conocido. Se han encontrado ejemplos en textiles de Asia Central, Egipto y regiones eslavas que datan de hace más de mil años. Durante la Edad Media y el Renacimiento, el punto cruz se popularizó especialmente en Europa del Este, Alemania y Escandinavia, convirtiéndose en un lenguaje visual para decorar ropa, ropa de cama y objetos litúrgicos.

    A lo largo del tiempo, esta técnica se adaptó a diversos estilos regionales. Algunos países desarrollaron sus propias variantes del punto cruz tradicional, dándoles nuevos nombres y usos. Muchas de estas variantes no son meramente decorativas: algunas tienen propósitos estructurales, otras permiten lograr más relieve, y otras simplemente enriquecen la superficie bordada con tramas más complejas.

 ¿Qué tienen en común estos puntos?

    Los puntos que te presento en esta sección  comparten el trazo fundamental en forma de cruz o combinaciones derivadas de ella. Se ejecutan generalmente sobre tejidos contables (de trama pareja), y muchos de ellos son usados en bordado contado, bordado decorativo o incluso en recreaciones históricas.

    Algunos puntos amplían la forma clásica de la cruz, otros la refuerzan, otros la entretejen con puntadas horizontales, verticales u oblicuas. Todos, sin embargo, parten del mismo principio geométrico.

¿Por qué aprender estas variantes?

    Explorar las variantes del punto cruz te abre las puertas a un mundo de texturas y estilos . Algunas de estas variantes son ideales para bordados planos, otras para dar volumen, y otras simplemente para aportar belleza ornamental a un diseño. En cada entrada de esta sección, vas a encontrar imágenes del paso a paso, tips prácticos, y sugerencias para aplicarlos en tus propios proyectos de bordado.

     El punto festón, también es conocido como puntada de manta o blanket stitch. Originalmente, se utilizaba para reforzar y embellecer los bordes de mantas y tejidos gruesos, especialmente aquellos sin dobladillo. Esta puntada no solo prevenía el deshilachado, sino que también añadía un acabado decorativo distintivo.

Orígenes y Evolución

    El uso del punto festón se remonta a tiempos antiguos, siendo empleado en diversas culturas para asegurar los bordes de tejidos. Con el tiempo, esta técnica se adaptó y evolucionó, dando lugar a múltiples variantes que se utilizan tanto en costura funcional como en bordado decorativo. En el siglo XIX, con la invención de la máquina de coser Merrow en 1877, el punto festón también se mecanizó, ampliando su aplicación en la industria textil.  

        La riqueza del punto festón radica en sus múltiples variantes, y cada una ofrece posibilidades únicas para enriquecer tus proyectos de bordado, ya sea en aplicaciones funcionales o decorativas.

     El punto tallo es una de las puntadas más antiguas y versátiles en la historia del bordado. Su uso se remonta a civilizaciones antiguas, como la egipcia y la peruana, donde se han encontrado ejemplos de esta técnica en artefactos funerarios que datan del siglo XIV a.C. y entre los siglos VI y II a.C., respectivamente . En Europa, el punto tallo fue ampliamente utilizado durante la Edad Media, destacando en obras como el Tapiz de Bayeux del siglo XI, donde se empleó para delinear figuras y textos . 

    La popularidad del punto tallo a lo largo de los siglos se debe a su capacidad para crear líneas suaves y continuas, ideales para contornos y detalles en diseños bordados. Además, su adaptabilidad ha dado lugar a diversas variantes que enriquecen las posibilidades expresivas del bordado.

    En esta sección, exploraremos las  variantes del punto tallo, proporcionaremos instrucciones detalladas y consejos prácticos para que puedas incorporar estas técnicas en tus creaciones.

FAMILIA PUNTO TALLO

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    El punto hilván, conocido en inglés como Running Stitch, es uno de los puntos más simples y, al mismo tiempo, uno de los más antiguos de la historia del bordado. Su estructura básica —una sucesión de puntadas rectas alternadas por espacios— es tan elemental que aparece en textiles de prácticamente todas las culturas del mundo. Existen registros arqueológicos de este punto en tejidos del Antiguo Egipto, en mantos funerarios precolombinos de las culturas andinas, en el bordado sashiko de Japón, y en los primeros bordados europeos medievales.

    Su simplicidad lo convierte en una puerta de entrada perfecta al mundo del bordado: no requiere técnicas complejas, y sin embargo puede transformarse con gran facilidad en motivos decorativos sutiles, patrones repetitivos o incluso formas figurativas. Además, sirve como base para muchas otras técnicas, tanto de costura como de bordado decorativo.

    En esta sección  vas a encontrar las principales variaciones del punto hilván, desde las más clásicas, hasta versiones más contemporáneas y creativas. Cada una de estas variantes permite jugar con texturas, volúmenes y combinaciones de hilos, demostrando que, incluso partiendo de un punto tan simple, es posible lograr resultados sorprendentes.

    Visita aquí la sección para aprender estos puntos: